En la simioreseña de hoy volvemos a tratar un juego viejuno de los que tanto me gustan puesto que me recuerdan a mi juventud. En este caso hablamos de Kremlin un juego publicado en 1986 y que jugué en los años 90.
Kremlin es un juego satírico-político de 3 a 6 jugadores que representa las luchas de poder dentro del partido comunista en la extinta URSS durante aproximadamente hora y media. Cada jugador representa a una facción dentro del movimiento que busca controlar el mayor número de cargos políticos. Gana el juego la facción que consigue que el presidente del Politburó salude 3 veces en el desfile de octubre y, si no lo consigue ninguna, la facción ganadora es la que más cargos tiene.
Cada jugador recibe puntos de influencia (para repartir de 1 a 10) y 3 cartas de acción. Los puntos de influencia deben repartirse entre todos los políticos del juego, no necesariamente entre los que ocupan cargo en el montaje inicial. Durante la partida se van declarando las influencias pero no necesariamente todas de golpe, sino que hay que ir haciéndolo poco a poco según discurre el juego. Cada jugador maneja al / los políticos en los que tenga más influencia.
Cada puesto del partido tiene una serie de acciones posibles que, lógicamente conllevan un coste. El presidente puede, además de saludar en el desfile al final de la ronda, cambiar los miembros del gobierno, el jefe del KGB puede declarar purgas y llevar a otros a Siberia, el ministro de defensa pueda iniciar o eliminar investigaciones, etc.
Como el poder corrompe, cada acción conlleva que nuestro político envejecerá uno o más años con lo que comenzará a sufrir los estragos de la edad y podrá a enfermar pudiendo llegar a morir al acumular 3 heridas. Si cualquier político sobrevive hasta los 96 años, se retirará del juego. Afortunadamente, cada político tiene puntos fuertes y débiles, que le harán ser más o menos resistente dependiendo del puesto en el que estén.
Al inicio de cada turno tendrán lugar las tiradas de salud para todos los miembros del gobierno. Lógicamente cuanta mayor edad y más heridas tenga nuestro político más probable será que recaiga y consiga una nueva herida. Existe la posibilidad de retirarte a descansar a un sanatorio donde, gracias al cuidado de un excelente personal médico, existen más posibilidades de recuperarte. Lamentablemente, al no estar en la capital no podrás defenderte bien de los ataques de tus enemigos por lo que será más fácil que te degraden, te envíen a Siberia o hagan sembrar las dudas sobre tu gestión.
Las cartas de acción son diferentes efectos que pueden ayudar a tu gestión o entorpecer a las de tus más directos rivales. Desgraciadamente, una vez usadas, no se reponen por lo que hay que usarlas sabiamente.
En los turnos 3, 6 y 9 recibiremos o bien 2 puntos extra de influencia o carta de acción. Gracias a estos puntos podremos conseguir candidatos con una influencia superior a 10 por lo que ya nadie podrá arrebatarnos el control de nuestro candidato. La única excepción es el destierro a Siberia que, al poner en duda la honorabilidad del político, elimina toda la influencia declarada sobre él (si afortunadamente, tenías más influencia pero aún no la habías hecho pública, esa no la pierdes).
Al igual que los juegos comentados en las 2 anteriores simioreseñas (¿Qué aún no las has leído? Corre a leerlas, insensato), el juego está descatalogado aunque también se puede conseguir fácilmente en versión Print & Play. Algunos de los rediseños del juego son aún mejores que el original (que, como podréis ver en la foto, las ilustraciones no son muy buenas).
Kremlin es un juego relativamente rápido, con buena rejugabilidad. Por otra parte, debido a su temática que propicia las puñaladas traperas, no es un juego para no jugones.
Gwydion
Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!
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