En la simioreseña de hoy os hablaré de otro juego viejuno: Britannia publicado originalmente en 1986 y que llegó a nuestras estanterías en los años 90.
Britannia es un wargame histórico de 3 a 5 jugadores que refleja la historia de la mayor de las islas británicas desde el siglo I hasta el siglo XII, cuando fue invadida con éxito por última vez. El juego consta de 16 turnos, representando cada uno unos 75 años de tiempo histórico, y tiene una duración aproximada de 3 horas. El juego lo gana el jugador con más puntos al final de la partida.
El juego está perfectamente equilibrado para 4 jugadores y no tanto para 3 o 5 por lo que algún jugador puede llegar a quedarse varios turnos sin jugar si las cosas le van mal.
Caja jugador controla un grupo de diferentes tribus que deben tratar de sobrevivir lo máximo posible para cumplir los objetivos de cada nación que se dividen en ocupar territorios en algún momento concreto o acabar con algún líder o unidad enemiga. Cada jugador dentro de sus naciones recibe una fuerte, varias medianas y una débil (los pobres caledonios, con sus 5 unidades son mi nación débil favorita). Como he comentado para 4 jugadores el reparto de las diferentes tribus es muy equilibrado y cada tribu fuerte sólo aparece cuando la anterior ya está en decadencia por ejemplo: Los romanos son la primera tribu fuerte, pero cuando los sajones aparecen como tribu fuerte, los romanos ya no son lo que eran. Este aspecto del cambio de naciones es similar al Small World.
El mapa representa a Gran Bretaña dividida en diferentes territorios. A pesar de ello sólo hay dos tipos de territorios, buenos (llanuras) o dificultosos (montañas o pantanos). Siendo más numerosos los buenos. Los territorios buenos son los mejores para propiciar el crecimiento de tu población pero son malos para la defensa y favorecen el movimiento. Los territorios dificultosos, por el contrario, no son tan buenos para el crecimiento de población pero sí que ofrecen bonificaciones defensivas y frenan el movimiento.
Las reglas del juego son muy simples, no son complicadas y se dominan en la primera partida. Esto lo ha hecho uno de los juegos favoritos de mi amiga Swoli, a la que mando un fuerte abrazo, que dice: “si yo puedo jugar a este juego y conocer las reglas, cualquiera puede”.
Como he comentado las reglas son muy sencillas: los territorios buenos dan dos puntos para el aumento de población y los dificultosos 1, todas las unidades mueven lo mismo y atacan y defienden con la misma puntuación. Lógicamente hay par de excepciones a esta regla, como son las excelentes unidades romanas, las unidades a caballo y las unidades acompañadas de líderes, pero como he comentado son excepciones que se entienden muy fácilmente.
La primera fase del juego es el incremento de población. Cada 6 puntos de población obtienes una unidad y si al final de tu turno tienes más del doble de unidades que territorios, la unidades sobrantes mueren por sobrepoblación.
Luego viene la fase de movimiento. Todas las unidades mueven 2 territorios, salvo romanos y caballerías que mueven 3. Además todas las unidades acompañadas de un líder mueven un territorio adicional. Además puedes pasar sobre territorios enemigos cuando les sobrepasas con tus unidades por 2 a 1.
Después del movimiento viene la fase de combate. Todas las unidades atacan con 5-6 y defienden con 5-6, salvo romanos y caballerías que atacan con 4-6 y defienden con 6. Los líderes dan +1 al ataque a las unidades que acompañan. Como es lógico la invasión de cualquiera de las naciones fuertes, da un giro completo al tablero de juego cambiando completamente el equilibrio de poderes. En cualquier caso, el azar es un factor a tener en cuenta en el juego ya que puede ofrecer resultados asombrosos. Recuerdo una invasión romana llevaba por mi amigo Freedan, al que también aprovecho para enviar un saludo, en la que no paró de sacar unos en sus tiradas de ataque y más de la mitad de sus tropas murieron sin conquistar ningún territorio. Lo contrario también se produce puesto que Harum-ak, al que también saludo para que no se sienta discriminado, consiguió llegar a los territorios más septentrionales en el segundo turno de juego gracias a espectaculares tiradas.
Tras el combate, si alguna nación tenía la habilidad de incursores, estos se retiran al mar. Posteriormente, se lleva a cabo el control de unidades para la sobrepoblación y luego pasamos a la siguiente nación.
Como he comentado Britannia es un juego relativamente sencillo con bastante rejugabilidad y muy equilibrado para 4 jugadores. Debido a su mecánica no es de la entera satisfacción de los grandes estrategas debido a la gran rotación de naciones que hace que seas el campeón en algunos turnos y que en los siguientes te quedes atrás, pero como he comentado todo está preparado para que no haya grandes sustos.
Otra gran ventaja del juego es que, a diferencia de los comentados en las 3 simioreseñas anteriores, no está descatalogado y se puede encontrar la edición de Devir por muy buen precio. La calidad de los materiales de la edición de Devir es muy buena, siendo las fichas de cartón grueso y estar todo bellamente decorado (os adjunto una imagen de la edición antigua y de la nueva para que veáis las diferencias).
Como punto negativo comentar la horrenda portada de la nueva edición (podéis compararla también con la vieja).
En resumen, un juego correcto que ayuda a aprender un poco de historia y que además puede jugarse con algunos no-jugones, puesto que debido a su temática no es apto para todos los no-jugones.
Gwydion
Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!