jueves, 9 de abril de 2015

Diario de Juego: VILYAMAR (sesión 2015-03-04)

Retomamos de nuevo el diario de juego de la última sesión de Vilyamar, nuestra particular campaña con El Anillo Único. Esta vez seguiremos al punto de vista de nuestro querido hobbit, Pringle Tuk.


     Una vez que salimos de la Mazmorra de la Pirámide de Menegroth, decidimos tomarnos un día de descanso para recuperarnos de nuestras heridas y fatigas mientras aprovechábamos para planear nuestros próximos pasos. Doron, que era un especialista viajando, nos dijo que para llegar donde sospechábamos que se encontraba otra de las pirámides tardaríamos más o menos día y medio contando con nuestras monturas. Aprovechamos también para observar los objetos encontrados y pensamos que el Hacha Siniestra sería efectiva contra criaturas no muertas, las canicas (que por supuesto me las quedé yo) serían perfectas para una honda y el cuerno, que era de un gran capitán enano, inspiraba a sus soldados en la batalla.

     Pasado el día de asueto, partimos de Menegroth hacia al sur en busca de la cuarta pirámide cerca del río Seregon. El día transcurrió sin problemas con un tiempo apacible y buscamos un buen lugar para pasar la noche. Durante la noche, tan sólo un aullido lejano de lo que parecían ser lobos fue el único hecho destacado, por lo que pasó sin percances. Esa noche le dejé el anillo de curación a Doron para que descansara y reposara mejor, ya que aún tenía algunas heridas producidas por la terrible batalla con las arañas.

     Partimos de nuevo al amanecer introduciéndonos por una zona boscosa. Recordamos que justo antes del cruce que se dirigía hacia el lago Neunial teníamos que ir en dirección contraria y buscar al otro lado del río donde suponíamos que encontraríamos unas ruinas que nos comentaron los sabios de Menegroth. Confiando en ellos nos internamos en el bosque y al final avistamos una torre a lo lejos que parecía de un pueblo antiguo. Seguimos camino hacia la torre y encontramos un sitio ideal para cruzar a la otra rivera del río y dirigirnos a las ruinas.

    El pueblo abandonado estaba rodeado por una empalizada rota en su mayor parte que nos hacía ver que en su día fue un pueblo muy activo. Todo estaba abandonado y vimos ya de cerca la torre de unos 10 metros de altura y una gran puerta, que aún carcomida y podrida, no dejaba entrar a los intrusos. La torre se unía a una fortaleza que se incrustaba en las montañas. Investigamos el pueblo y no encontramos nada de interés, salvo que estaba todo en muy malas condiciones debido al largo tiempo de abandono. Lo único que nos llamaba la atención es que no sabíamos muy bien porque se abandonaría este pueblo ya que no descubrimos rastros de ninguna batalla.

     Intentamos abrir la puerta y no lo conseguimos, así que investigamos posibles alternativas para entrar. Tras una inspección de los diferentes muros, al final Doron encontró unos agujeros por la pared que se podían aprovechar para subir al techo de la entrada infranqueable. Al final subí yo y descubrí un gran agujero en el techo que me dejaba ver todos los escombros del pequeño derrumbamiento amontonados taponando la puerta que no podíamos abrir, así pues… la única entrada estaba por el agujero del techo. Así que decidimos subir todos.

     Aprovechamos las vistas en el techo para comer y prepararnos para el descenso. Por fin bajamos y nos encontramos una sala grande con cuatro puertas, una de ellas era la principal con los escombros antes mencionados. Seguidos por nuestra principal estrategia…. abrir siempre las puertas de la derecha (buen consejo de mi tío Runi Tuk), empezamos abriendo puertas. Siguiendo la curiosidad hobbit inspeccionamos todas las entradas y habitaciones, incluso volvimos por una puerta lateral que suponíamos que daría a la torre vigía que se veía en el pueblo pero al final fue imposible subir por tener una escalera de caracol en tan mal estado que hasta yo tuve finalmente que renunciar a subir.

     Vimos almacenes, habitaciones, comedores… Nada interesante y nada de valor excepto un colgante de oro con una perla marrón que encontró Doron (¡estos enanos que vista tienen! Tendré que emplearme a fondo si quiero ver las cosas antes que él).

     Finalmente avanzando llegamos a una sala con un trono, una mesita y una mesa de reuniones. Curioseando encontré una puerta secreta en una de las paredes, dando paso a un pasillo delante nuestra por el que avanzamos y llegamos a un salón lleno de cabezas de animales de piedra por toda la pared (concretamente 17 animales diferentes). Procedente de una zona del techo de la sala llegaba un halo de luz al centro donde había un mecanismo con un espejo que quizás trasteándolo podríamos enfocar el halo de luz a cualquier dirección.

    Además en esta sala solo había una puerta, una única posibilidad de continuar. Así que en ese momento decisivo, llegó la hora del genial Pringle Tuk. Mientras todos pensaban que hacer… cómo solucionar el rompecabezas…. me acerqué al centro, cogí el mecanismo para moverlo hacia… ¡la cabeza de lobo! ¿Por qué? Eso se preguntaban todos… incluso yo… ¡pero no! Esos aullidos de la noche anterior de lobos… tendría algo que ver o no… Enseguida lo averiguaríamos… Pues….. después de unos momentos de tensión la puerta comenzó a abrirse, ¡Pringle Tuk lo había conseguido una vez mas!

     Avanzamos y llegamos a una gran sala circular con una plataforma de mármol y subía una especie de pared con un ojo en relieve que miraba hacia un balcón. Justo a su lado un agujero del que salía un halo de luz que da a un soporte con una lupa. Había una puerta y justo al lado una gran cabeza de lobo de piedra. El suelo parecía agua y el techo fuego.

     Doron y Alatariel volvieron a la primera sala, mientras Desagüer y yo nos quedamos en la nueva sala. Doron y Alatariel movieron la luz de la primera sala hacia la cabeza de murciélago y se empezó a cerrar la puerta. La cabeza de murciélago se movió dejando una abertura de donde salió un esqueleto que los atacó. Debido a eso, Alatariel volvió a poner la luz en la cabeza de lobo y nos juntamos para combatir al esqueleto. Desagüer sacó el hacha que suponíamos que podría afectar a los muertos vivientes y atacamos todos al esqueleto que al final conseguimos vencer.

     Al final, en la gran sala circular con agua y fuego conseguimos mover la luz y abrir la puerta para llegar a otra sala llena de espejos y con el mismo halo de luz que nos iba marcando el camino. Después de solucionar los acertijos para hacer la luz a la cabeza de lobo de piedra que había en la sala conseguimos abrir las puertas. Una tras otra, fuimos pasando por diferentes salas con un acertijo en cada una de ellas hasta llegar al balcón de la gran sala y mover el halo de luz perdido hacia el relieve en forma de ojo que había encima de la meseta de mármol. Una vez llegados a este momento, escuchamos como se abrió algo justo detrás, una entrada secreta que descendía. Nos asomamos con mucho cuidado y hallamos la cuarta pirámide.

José Mariano Antón.


Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

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