domingo, 27 de abril de 2014

Simioreseña: Britannia

     En la simioreseña de hoy os hablaré de otro juego viejuno: Britannia publicado originalmente en 1986 y que llegó a nuestras estanterías en los años 90.


     Britannia es un wargame histórico de 3 a 5 jugadores que refleja la historia de la mayor de las islas británicas desde el siglo I hasta el siglo XII, cuando fue invadida con éxito por última vez. El juego consta de 16 turnos, representando cada uno unos 75 años de tiempo histórico, y tiene una duración aproximada de 3 horas. El juego lo gana el jugador con más puntos al final de la partida.

     El juego está perfectamente equilibrado para 4 jugadores y no tanto para 3 o 5 por lo que algún jugador puede llegar a quedarse varios turnos sin jugar si las cosas le van mal.

     Caja jugador controla un grupo de diferentes tribus que deben tratar de sobrevivir lo máximo posible para cumplir los objetivos de cada nación que se dividen en ocupar territorios en algún momento concreto o acabar con algún líder o unidad enemiga. Cada jugador dentro de sus naciones recibe una fuerte, varias medianas y una débil (los pobres caledonios, con sus 5 unidades son mi nación débil favorita). Como he comentado para 4 jugadores el reparto de las diferentes tribus es muy equilibrado y cada tribu fuerte sólo aparece cuando la anterior ya está en decadencia por ejemplo: Los romanos son la primera tribu fuerte, pero cuando los sajones aparecen como tribu fuerte, los romanos ya no son lo que eran. Este aspecto del cambio de naciones es similar al Small World.

     El mapa representa a Gran Bretaña dividida en diferentes territorios. A pesar de ello sólo hay dos tipos de territorios, buenos (llanuras) o dificultosos (montañas o pantanos). Siendo más numerosos los buenos. Los territorios buenos son los mejores para propiciar el crecimiento de tu población pero son malos para la defensa y favorecen el movimiento. Los territorios dificultosos, por el contrario, no son tan buenos para el crecimiento de población pero sí que ofrecen bonificaciones defensivas y frenan el movimiento.

     Las reglas del juego son muy simples, no son complicadas y se dominan en la primera partida. Esto lo ha hecho uno de los juegos favoritos de mi amiga Swoli, a la que mando un fuerte abrazo, que dice: “si yo puedo jugar a este juego y conocer las reglas, cualquiera puede”.

     Como he comentado las reglas son muy sencillas: los territorios buenos dan dos puntos para el aumento de población y los dificultosos 1, todas las unidades mueven lo mismo y atacan y defienden con la misma puntuación. Lógicamente hay par de excepciones a esta regla, como son las excelentes unidades romanas, las unidades a caballo y las unidades acompañadas de líderes, pero como he comentado son excepciones que se entienden muy fácilmente.

     La primera fase del juego es el incremento de población. Cada 6 puntos de población obtienes una unidad y si al final de tu turno tienes más del doble de unidades que territorios, la unidades sobrantes mueren por sobrepoblación.

     Luego viene la fase de movimiento. Todas las unidades mueven 2 territorios, salvo romanos y caballerías que mueven 3. Además todas las unidades acompañadas de un líder mueven un territorio adicional. Además puedes pasar sobre territorios enemigos cuando les sobrepasas con tus unidades por 2 a 1.

     Después del movimiento viene la fase de combate. Todas las unidades atacan con 5-6 y defienden con 5-6, salvo romanos y caballerías que atacan con 4-6 y defienden con 6. Los líderes dan +1 al ataque a las unidades que acompañan. Como es lógico la invasión de cualquiera de las naciones fuertes, da un giro completo al tablero de juego cambiando completamente el equilibrio de poderes. En cualquier caso, el azar es un factor a tener en cuenta en el juego ya que puede ofrecer resultados asombrosos. Recuerdo una invasión romana llevaba por mi amigo Freedan, al que también aprovecho para enviar un saludo, en la que no paró de sacar unos en sus tiradas de ataque y más de la mitad de sus tropas murieron sin conquistar ningún territorio. Lo contrario también se produce puesto que Harum-ak, al que también saludo para que no se sienta discriminado, consiguió llegar a los territorios más septentrionales en el segundo turno de juego gracias a espectaculares tiradas.

     Tras el combate, si alguna nación tenía la habilidad de incursores, estos se retiran al mar. Posteriormente, se lleva a cabo el control de unidades para la sobrepoblación y luego pasamos a la siguiente nación.

     Como he comentado Britannia es un juego relativamente sencillo con bastante rejugabilidad y muy equilibrado para 4 jugadores. Debido a su mecánica no es de la entera satisfacción de los grandes estrategas debido a la gran rotación de naciones que hace que seas el campeón en algunos turnos y que en los siguientes te quedes atrás, pero como he comentado todo está preparado para que no haya grandes sustos.


     Otra gran ventaja del juego es que, a diferencia de los comentados en las 3 simioreseñas anteriores, no está descatalogado y se puede encontrar la edición de Devir por muy buen precio. La calidad de los materiales de la edición de Devir es muy buena, siendo las fichas de cartón grueso y estar todo bellamente decorado (os adjunto una imagen de la edición antigua y de la nueva para que veáis las diferencias).


     Como punto negativo comentar la horrenda portada de la nueva edición (podéis compararla también con la vieja).


     En resumen, un juego correcto que ayuda a aprender un poco de historia y que además puede jugarse con algunos no-jugones, puesto que debido a su temática no es apto para todos los no-jugones.

Gwydion

     Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

miércoles, 23 de abril de 2014

Diario de Juego: Fiesta en Bird Valley (Hijo Rata)

Volvemos a retomar los diarios de juego tras un tiempo, esta vez para trasladaros nuestra experiencia de jugar Hijo Rata, un módulo autojugable de Nosolorol (no es que se juegue solo, es que en él viene la aventura, los PJ's, las reglas y las ayudas de juego, todo lo necesario para jugar).


El módulo plantea una situación en la que un grupo de adolescentes de Bird Valley, un pequeño pueblo de California, montan una fiesta en un edificio abandonado y solitario donde no les molestará nadie. Pero no contaban que el viejo Hospital Psiquiátrico Carpenter, no iba a estar tan abandonado y solitario como en los últimos 50 años, y se llevarán una sorpresa que nadie olvidará.

Esta aventura está diseñada para un grupo de 4-5 jugadores y creo que se disfruta más si se juega de tirón en una única sesión. En nuestro caso, la dividimos en 2 sesiones (cortas que son las nuestras y que somos lentos, estaba claro que tendría que dividirlo).

Esta aventura la dirigí yo, y consideré muy importante no desvelar más información de la necesaria para dar un poco de ambientación de suspense. Para ello utilicé el nombre Fiesta en Bird Valley en vez del original, Hijo Rata. Además, preparé un pequeño vídeo a modo de trailer donde introducía a los jugadores en la ambientación y presentaba los arquetipos de los personajes para que fueran eligiendo, pero sin ninguna mención al módulo original, editorial, etc. para que no buscaran nada ni supieran más de lo necesario para mantener la sorpresa.

Al ser una partida tan corta, consideré importante que los jugadores tuvieran una manera muy fácil de identificar los personajes. Por eso preparé unos carteles identificativos de cada personaje, con el nombre, arquetipo y la ilustración que los acompaña. Así sabían claramente quién era quién.

Los 7 Personajes a elegir y abajo a la derecha las 3 hojas con todas
las reglas del sistema de juego NSd20 necesarias para jugar (incluyendo dotes).

Mi opinión personal del módulo es buena para estar en formato PDF, puesto que es barata, ofrece diversión para una o dos sesiones de juego, y plantea una historia que no siendo muy compleja, es divertida y da posibilidades a la interpretación y a la improvisación. Se puede conseguir que la sesión vaya subiendo en tensión hasta conseguir al menos dos o tres momentos cumbre.

Para no introducir spoilers en la misma entrada que la reseña, lo voy a separar en otra entrada distinta con nuestro diario de juego (o como está de moda ahora, actual play), para reflejar lo jugado por nuestro grupo, y no desvelar nada aquí.  

Os dejo con otro vídeo más completo que también sirve de trailer.



Y con esto, continuaremos jugando las campañas actuales pero sigo preparando nuevas aventuras cortas que sirvan para airearnos de tanta fantasía medieval (que adoramos) y de la ciencia ficción de Star Wars de vez en cuando.

Por supuesto, espero vuestros comentarios sobre la partida y las ayudas de juego.

Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

Simioreseña: Kremlin

     En la simioreseña de hoy volvemos a tratar un juego viejuno de los que tanto me gustan puesto que me recuerdan a mi juventud. En este caso hablamos de Kremlin un juego publicado en 1986 y que jugué en los años 90.


     Kremlin es un juego satírico-político de 3 a 6 jugadores que representa las luchas de poder dentro del partido comunista en la extinta URSS durante aproximadamente hora y media. Cada jugador representa a una facción dentro del movimiento que busca controlar el mayor número de cargos políticos. Gana el juego la facción que consigue que el presidente del Politburó salude 3 veces en el desfile de octubre y, si no lo consigue ninguna, la facción ganadora es la que más cargos tiene.

     Cada jugador recibe puntos de influencia (para repartir de 1 a 10) y 3 cartas de acción. Los puntos de influencia deben repartirse entre todos los políticos del juego, no necesariamente entre los que ocupan cargo en el montaje inicial. Durante la partida se van declarando las influencias pero no necesariamente todas de golpe, sino que hay que ir haciéndolo poco a poco según discurre el juego. Cada jugador maneja al / los políticos en los que tenga más influencia.

     Cada puesto del partido tiene una serie de acciones posibles que, lógicamente conllevan un coste. El presidente puede, además de saludar en el desfile al final de la ronda, cambiar los miembros del gobierno, el jefe del KGB puede declarar purgas y llevar a otros a Siberia, el ministro de defensa pueda iniciar o eliminar investigaciones, etc.

     Como el poder corrompe, cada acción conlleva que nuestro político envejecerá uno o más años con lo que comenzará a sufrir los estragos de la edad y podrá a enfermar pudiendo llegar a morir al acumular 3 heridas. Si cualquier político sobrevive hasta los 96 años, se retirará del juego. Afortunadamente, cada político tiene puntos fuertes y débiles, que le harán ser más o menos resistente dependiendo del puesto en el que estén.

     Al inicio de cada turno tendrán lugar las tiradas de salud para todos los miembros del gobierno. Lógicamente cuanta mayor edad y más heridas tenga nuestro político más probable será que recaiga y consiga una nueva herida. Existe la posibilidad de retirarte a descansar a un sanatorio donde, gracias al cuidado de un excelente personal médico, existen más posibilidades de recuperarte. Lamentablemente, al no estar en la capital no podrás defenderte bien de los ataques de tus enemigos por lo que será más fácil que te degraden, te envíen a Siberia o hagan sembrar las dudas sobre tu gestión.


     Las cartas de acción son diferentes efectos que pueden ayudar a tu gestión o entorpecer a las de tus más directos rivales. Desgraciadamente, una vez usadas, no se reponen por lo que hay que usarlas sabiamente.

     En los turnos 3, 6 y 9 recibiremos o bien 2 puntos extra de influencia o carta de acción. Gracias a estos puntos podremos conseguir candidatos con una influencia superior a 10 por lo que ya nadie podrá arrebatarnos el control de nuestro candidato. La única excepción es el destierro a Siberia que, al poner en duda la honorabilidad del político, elimina toda la influencia declarada sobre él (si afortunadamente, tenías más influencia pero aún no la habías hecho pública, esa no la pierdes).

     Al igual que los juegos comentados en las 2 anteriores simioreseñas (¿Qué aún no las has leído? Corre a leerlas, insensato), el juego está descatalogado aunque también se puede conseguir fácilmente en versión Print & Play. Algunos de los rediseños del juego son aún mejores que el original (que, como podréis ver en la foto, las ilustraciones no son muy buenas).

     Kremlin es un juego relativamente rápido, con buena rejugabilidad. Por otra parte, debido a su temática que propicia las puñaladas traperas, no es un juego para no jugones.

Gwydion


     Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

martes, 15 de abril de 2014

Simioreseña: Junta el golpe

     La siminioreseña de hoy va para otro juego viejuno de mis tiempos de friki novel en los que ni siquiera se usaba la palabra friki: Junta el Golpe. Publicado originalmente en 1978 en EEUU llega a nuestras mesas de juego a principios de los 90.


     Junta es un juego satírico de 3 a 7 jugadores que combina 2 juegos en uno. Es a la vez un juego de negociación y un wargame.

     Cada jugador toma el lugar de una de las grandes familias de la República de las Bananas a la que todos los años llega ayuda internacional para el desarrollo. Gana el juego el jugador que al acabarse la partida de fondos de ayuda internacional ha conseguido llevarse más dinero a su cuenta de Suiza (la historia ha demostrado que esto no sólo ocurre en las repúblicas bananeras).

     El juego comienza eligiendo un presidente de la república que, a su vez, reparte los diferentes cargos del gobierno y del ejército entre los distintos jugadores, no pudiendo acumular ningún jugador más de un cargo mientras no tengan todos al menos uno asignado. Elegir ya el presidente requiere comenzar a prometer cosas que quizás luego no quieras cumplir.

     El presidente recibe la ayuda internacional que siempre es una cantidad fija de billetes pero cuyo valor desconocen el resto de jugadores. El presiente se encarga, entonces, de repartir la ayuda entre los distintos cargos del gobierno y el ejército. A continuación se vota el presupuesto. Aquí es donde todos los jugadores comienzan a jugar sus cartas de influencia que, en su mayoría, no se descartan tras usarlas para conseguir la mayoría para aprobar o denegar el presupuesto. No aprobar el presupuesto no le interesa a nadie puesto que el presidente se quedaría él con toda la ayuda y además es una excusa para un golpe de estado.

     Tras la sesión parlamentaria todos los jugadores deciden una localización a la que ir que puede ser desde su casa, hasta su cuartel general, pasando por el banco, la casa de el / la amante o la embajada de una potencia occidental. Allí puede ser asesinado por matones de otro jugador (pero siempre sin ningún rencor). Los desafortunados asesinados son despojados de todo el dinero que llevan encima y perderán todas sus cartas de influencia.

     La única manera de llevar el dinero a Suiza y tener posibilidad de ganar es pasar por el banco por lo que, lo más probable, es que algún jugador sea asesinado allí y que, por tanto, la entidad bancaria cierre sus puertas a todos los clientes. Que algún jugador sea asesinado también es excusa para un golpe de estado. Además los cargos del asesinado van a parar al cuñado del presidente (manejado por el mismo jugador que el presidente) hasta el final del turno (de nuevo la realidad superar a la ficción).

     Si hay excusa para un golpe de estado, bien por no aprobar el presupuesto, por un asesinato o por jugar alguna carta de evento que lo permita, los jugadores pueden sublevarse contra el presidente y aquí empieza la parte de wargame del juego.


     El tablero sólo se usa durante el golpe y representa la capital de La República dividida en diferentes áreas. Para logar la victoria los golpistas deben controlar antes de 7 turnos 3 de los 5 centros de poder de la ciudad. No conseguirlo implica que el golpe fracasará. Durante el golpe pueden usarse todo tipo de unidades: paramilitares, fuerzas aérea, marina, ejercito de tierra, sindicalistas, estudiantes… en función de nuestro cargo y de las cartas de aliados que hayamos conseguido.

     Si los golpistas ganan, elegirán entre ellos un nuevo presidente. El presidente (nuevo o viejo) decidirá si fusila por traición a los integrantes del bando derrotado. Todo jugador fusilado pierde todo su dinero y cartas de influencia, tanto en su mano como sobre la mesa. 

     Y comenzamos así un nuevo turno, con la llegada de una nueva ayuda internacional.

     Al igual que el Civilization el juego está descatalogado aunque se puede conseguir en versión Print & Play con la ampliación a 10 jugadores fácilmente. Al no tener tantas piezas como el Civilization no es complicado de hacer. En el 2011 publicaron un rediseño del juego Junta, ¡Viva el presidente! con una mecánica distinta de la que poco puedo decir, al no tenerla. 

     Otro punto en contra es que no es un juego para no jugones. Tanta traición y puñalada no es apta para todos los públicos. 

     El juego da lugar a muchos piques ya que las traiciones y puñaladas traperas están a la orden del día. A pesar de todo es divertido y se puede jugar perfectamente en unas 3 horas.

Gwydion

     Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

sábado, 5 de abril de 2014

Simioreseña: Civilization

Gwydion nos trae una nueva simioreseña:

En la simioreseña de hoy hablaremos de un juego algo antiguo: Civilization. Publicado en 1980 y su primera y única expansión en 1991 y que al que jugué varias partidas por aquel entonces influenciado por el Sid Meier Civilization, pero, lamentablemente, nunca acabé ninguna partida.


El Civilization es un juego que requiere pensar y no actuar a lo loco y que combina estrategia, comercio y desarrollo de una forma elegante, brillante y compleja. El Advanced Civilization es una ampliación que mejoraba un juego ya bueno con cartas nuevas y mejoras en las reglas. Es un juego de la vieja escuela, con un manual de muchas páginas a letra pequeña y doble columna y reglas para casi todo (como el Dragon Pass, que ya comentaré en futuras simioreseñas). Lógicamente la duración de la partida es de varias horas. Aunque como he dicho nunca he acabado una por lo que no puedo decir lo que se tarda exactamente, pero sí más de 5 horas. Es por tanto, un juego para dedicar todo un día o al menos una tarde muy larga y las primeras horas de la noche.

En el juego, cada jugador representa una civilización mediterránea que inicia sus pasos en la edad de piedra. A medida que van pasando los turnos (o siglos) su población aumenta ocupando nuevos territorios y podrá fundar ciudades, que reportarán bienes de consumo para comerciar con otros jugadores y poder conseguir con ellos los preciados Avances de Civilización (tecnologías y conocimientos que reportan diversas ventajas a lo largo de la partida). Junto a los bienes de consumo aparecen desastres como epidemias, terremotos o ataques de bárbaros que pueden destruir tu recién formado imperio. Afortunadamente, durante la fase de comercio, podremos colar (o al menos intentarlo) las catástrofes dentro del trato comercial.

El juego no tiene azar propiamente dicho, puesto que no se realizan tiradas de dados aunque sí que está influido por las acciones de otros jugadores y, lógicamente por el comercio. El combate lo gana quien tiene el ejército más numeroso, aunque por propia experiencia puedo decir que se pierde casi más de lo que se gana iniciando una guerra. 


El juego dispone de diferentes fases (impuestos, aumentar población, mantenimiento de unidades, movimiento, guerra…) cada turno en las que todos los jugadores van actuando hasta llegar al final de turno. Las fases más queridas (por decir algo) son las de pago de impuestos para mantener las ciudades y las de mantenimiento de unidades navales que limitan los recursos al inicio de cada turno.

Una de las pegas del juego, sin contar con su duración, es que hacen falta al menos 5 jugadores para que tenga algo de gracia y eso, como sabemos, es complicado. Otra pega muy importante es que está descatalogado por lo que es muy complicado conseguirlo. Yo tengo una versión Print & Play, pero el trabajo y trabajo que me llevó hacerla fue importante. Conseguí finalmente un Civilización para 12 jugadores que, gracias a la expansión del Civilization Proyect, llega desde Hispania hasta la India. Aunque, en su día me sentí, muy orgulloso de mi obra, a día de hoy creo que el resultado es mejorable, pero no tengo tiempo para ponerme a repetirlo.



A pesar de todo, considero que es un buen juego para pasar un día entretenido, puesto que es un juegazo o un señor juego que da para mucho. Además creo que uno de los juegos a los que habría que jugar al menos una vez en la vida.

Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!