jueves, 22 de enero de 2015

Diario de Juego: Clásicos del Mazmorreo (Dungeons Crawl Classic)

     Y por fín, tras leer muchos comentarios del juego de rol Dungeon Crawl Classics, en castellano se ha traducido el título como Clásicos del Mazmorreo, me decidí a probarlo con los Monos.



     Para quién no lo conozca, es un retroclón más de D&D, con todos los toques más clásicos que se puedan encontrar, pero también aporta mecánicas e ideas nuevas que, para mi gusto, le dan un toque diferenciador e interesante. Podéis encontrar una traducción al castellano de la guía introductoria aquí, y mucha más información en el blog de josemasaga.net

     Una de las cosas que promueve es la gran dificultad en las aventuras, por lo que plantea una manera de creación de personajes mundanos y la primera aventura es la que diferenciará a los héroes de la morralla. Esa técnica la llaman el embudo y consiste en jugar la partida con un montón de personajes de nivel 0 (recomiendan entre 12 y 20 personajes), entre 3 ó 4 por jugador. Estos personajes no son aventureros, son gente normal, pobres campesinos, herreros, cereros, guanteros, y un largo etcétera de oficios normales.

     Tras pasar por el trauma de la primera aventura, aquellos que sobrevivan se convertirán en héroes, eligiendo una profesión de aventurero y mejorando sus características y habilidades iniciales.

     Otra de las cosas que me parece interesante es la llamada cadena de dados. Con esto, en vez de usar penalizadores ó bonificadores directamente hace que subas o bajes algún dado en la cadena. Es decir, ante una situación de ventaja evidente, en vez de lanzar un dado de 20 caras, te permite lanzar un dado de 24. O al contrario, reducirlo a un dado de 16 caras. No es tan obvio y esas subidas y bajadas en la escala están regladas, pero para mi gusto da mucho color aunque luego no sea tan sencillo mirar el resultado.

     Con la Suerte termino el trío de las cosas que más me han llamado la atención. Todos los personajes, independientemente de su nivel, tienen una característica llamada Suerte que les permite, además afectar en ataques, críticos, pifias o habilidades (depende de cada uno), quemar puntos de Suerte para obtener alguna ayuda extra en las comprometidas situaciones que se les van a plantear.

     Con todo esto leído y conseguida una aventura de embudo lo llevé a la mesa sin avisar para la sorpresa de todos. Hicimos rápidamente los personajes con sus tiradas aleatorias correspondientes, 3 por jugador salió un grupo de 15 aventureros y jugamos "El pórtico bajo las estrellas".

     Comenzamos a jugar y tras el primer caído los jugadores, ante la novedad de que en una de mis partidas muriera alguien (soy un master mamá pero estoy haciendo terapia), no sabían si saquear u honrar a los fallecidos. Aunque la duda se despejó al segundo fiambre, convirtiéndose de repente en un atajo de insensibles codiciosos. En menos de una hora habían caído ya 6 personajes.

     Pasada la primera hora, empezaron ya a calibrar el riesgo de sus acciones y fueron jugando de forma más cautelosa e inteligente. Avanzaron en la exploración de la mazmorra, vigilando trampas, monstruos y estrategia de grupo para que finalmente, llegaran 6 hasta el final.

     La experiencia ha sido muy buena para mí, por un lado un ligero cambio de sistema, pero sin duda el cambio en el sentido de la dirección con tiradas completamente abiertas y situaciones mortales para los jugadores provocando la desaparición del 60% del grupo.

     A los jugadores les chocó al principio, pero se adaptaron fácil, y nos echamos unas cuantas risas sobretodo para marcar estrategias para salvar cosas tan tontas como la falta de luz en la mazmorra. Tras revisar 6 salas en completa oscuridad sólo con luz de velas y una antorcha improvisada con un fémur de un esqueleto y telas enrrolladas, el enano minero se da cuenta de que es minero y tiene disponible una linterna: "¡Eh! no me miréis así, yo veo en la oscuridad. Haberla pedido antes".

     Espero poder continuar la partida haciendo la correspondiente subida de nivel y seguir probando un poquito más este DCC.

Sergio Antón.


Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!

3 comentarios:

  1. Si sabian que era minero.... ¡¡Que pidan la linterna!! jaja

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  2. Mataron demasiado pronto al Elder-Velas, el Elfo Cercero (que él sí que colaboró con el grupo iluminando...). Aunque no tan pronto como a la mediana Guantera, Josefina Dedosrápidos, que tuvo el honor de ser la primera baja el grupo tras ser la única en conseguir abrir una puerta de una patada. Josefina y Elder siempre os recordaremos con cariño...

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  3. A la próxima igual son mas prudentes, aunque quedo demostrado que la vida es muy dura y escurridiza. Resulta fácil perderla.

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