Por primera vez me subo al Carrusel Bloguero de Juegos de Rol, y este mes de Julio de 2.014 toca hablar de ¿Por qué dirijo?, tema planteado por el anfitrión de este mes, el crítico blanco.
Algunos os preguntaréis qué es eso del Carrusel Bloguero; en realidad es una iniciativa de los blogs sobre rol en la que cada mes uno de ellos hace de anfitrión proponiendo un tema, y aquellos que quieran colaborar publican una entrada relacionada. Así, cada mes se va hablando de diferentes temas pero siempre relacionados con el rol y se pueden ver las diferentes impresiones, intereses y opiniones (entre otros) de los blogueros roleros.
Esta vez se plantea una pregunta bastante personal, más al hilo del Desafío de los 30 días que hicimos en Noviembre de 2.013, y que son temas que me gustan, ¿Por qué dirijo?
Tengo que decir yo no empecé dirigiendo, sino como jugador durante bastante tiempo. Me gustaba leer, así que aunque no dirigía, sí que leía los manuales para empaparme de la ambientación y conocer las reglas. Sí que hice algún pinito, pero partidas pequeñas (y reconozco que bastante malas, la verdad), pero no fue hasta pasados un par de años cuando me embarqué en dirigir mi primera partida seria. Comencé a dirigir una partida de AD&D 2ª edición, en Dragonlance, de la Trilogría de los dragones "En busca de los Dragones".
La partida, fue bastante bien y continué con los otros dos módulos que completaban la trilogía Magia de Dragón y La Ciudadela del Dragón. Jugamos casi 2 años, con algunas paradas entre un módulo y otro, con algunos interludios para personajes nuevos. Durante ese tiempo, le cogí el gusto a dirigir y desde entonces siempre es una de las cosas que más me gusta de jugar a rol. No empecé dirigiendo, ni he dirigido siempre, sino que he ido alternando los papeles de jugador y director durante todos estos años.
La creación de historias es algo que me encanta, y el hecho de dirigir me permite hacerlo planteando las bases para que los jugadores (verdaderos protagonistas) me sorprendan con giros no previstos inicialmente, montando nuestra propia aventura con las vivencias y anécdotas que van transcurriendo y dotando de color al gris guión inicial.
Incluso cuando dirijo módulos ya preparados, las decisiones de los jugadores son diferentes de una vez a otra y la historia creada es diferente. Me encanta cuando me ponen en aprietos y hay que improvisar para mantener el tipo y no sufra la historia, suponen retos a vencer y que te hacen coger experiencia para próximas veces.
Las fotos son mejorables, pero ni tengo buena cámara ni buen pulso. Las podéis utilizar de forma libre. |
Recuerdo una partida que empezamos, también en AD&D, en la que los personajes eran los únicos jóvenes de una pequeña aldea que sufrían una gran sequía y una plaga que había diezmado su población a unas pocas decenas de personas y sufrían ataques de gente del bosque. Viajaron hasta una ciudad importante con todos los ahorros del pueblo para comprar semillas, protección y buscar algún milagro para salvar a sus habitantes. Durante una parte, el camino se adentraba en el bosque y sufrieron un ataque de arañas. No se les ocurrió más que prender fuego a unos matojos para que se quemaran las telarañas. Con la gran sequía y el poco cuidado del bosque, el fuego se extendió sin saber cómo pararlo hasta que finalmente provocaron un incendio a gran escala. Nunca me imaginé que los jugadores prenderían fuego al bosque, y lo aproveché para dar un giro radical al planteamiento inicial, dejando finalmente una buena historia (distinta, pero buena al fin y al cabo).
Pues eso, aunque jugar me gusta, dirigir es mi verdadera pasión, y lo hago siempre que el tiempo libre lo permite. ¡Y siempre que el resto de masters del grupo lo permite! Tenemos un alta concentración de masters y prácticamente hay que pedir turno para hacer partida (hay 5 masters activos). Siempre estoy pensando en oportunidades de partidas y campañas, leyendo juegos y módulos, viendo películas y series y pensando en cómo sacarles partido. Y espero algún día poder jugar todas esas ideas, aunque sea en el club de jubilados.
Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad muchos hasta entonces!