Pregunta 2: Imagina un pueblo al que vamos a llamar… Homlet. No, Homlet sería demasiado obvio. Vamos a llamarle Highdell. Highdell es un pueblo que llega casi a la categoría de ciudad, si no fuera por que todos sus habitantes siguen llamándole “el pueblo de Highdell”. Esta rodeado de montañas, sin encontrarse en un sitio escarpado. Esta cerca del mar, sin tener puerto. Y lo atraviesa un camino comercial, sin ser una ciudad destino. En ese pueblo-ciudad, en el que de vez en cuando descansan grupos de aventureros, existen numerosos locales que les resultan interesantes, tanto a los habitantes como a los propios aventureros, aunque estos vayan de paso. ¿Qué local/edificio es el que está pasando por tu mente?
Sergio Antón:
Un pueblo así me recuerda a un cruce de caminos. El pueblo no es que tenga nada especial, pero pasa tanta gente por allí, que al final esa amalgama de viajantes y forasteros es lo que lo hace atractivo. He pensado en una posada, pero en un pueblo así hay más locales interesantes y diferenciadores.
La Herrería "El Infierno" no es la única que hay en Highdell, pero sí que es la única donde se trabaja con armas y armaduras. Especialistas en reparaciones, y con precios coherentes al nivel de vida del aventurero medio, es una parada obligatoria para aquellos que busquen afilar sus espadas, poner a punto su maltrecho escudo o incluso eliminar esas molestas y nada estéticas abolladuras de la armadura de placas.
Inicialmente se llamaba La Herrería de Alvar, pero debido al clima tórrido y la gran humedad de la zona, una vez que la fragua se encendía el calor acumulado en el local era agobiante. Muchas personas débiles por el viaje y no tan acostumbrados a este clima tan al sur sentían mareos e incluso desmayos por esos golpes de calor al entrar en la herrería. Un viajero llegó a decir que era como estar en "el infierno", y fue relatando esta anécdota por el camino haciéndola más y más famosa hasta el punto de provocar el cambio de nombre.
En las colinas cercanas hay una pequeña mina que provee el metal en bruto, así que no suele haber problemas de suministros.
De vez en cuando hacen armas nuevas de cierta calidad, pero el éxito del negocio sin duda recae en las excelentes reparaciones y complementos que se pueden encontrar aquí.
José Mariano:
La taberna en el ojo del huracán. Una buena taberna llena de misterios por la gente que llega allí, abierta para todo el mundo, pero la abundan personajes de todo tipo y de todos los alineamientos buscando cualquier necesidad por rara que parezca.
El típico que busca trabajo para ganar unas monedas, trabajadores para un día,guardaespaldas, gente en busca de emociones....
Gwydion:
El Mercado de la Luna, aunque no es un edificio en sí, sino una colección variable de puestos a las afueras del pueblo cuyo tamaño varía en función de los mercaderes y caravanas que por allí pasan.
Así pues va desde unos pocos puestos semipermanentes a varias decenas en época de caravanas. Allí puedes encontrar prácticamente cualquier cosa, desde excecentes agrícolas a exóticos productos obtenidos en lejanas tierras más allá del reino pasando por productos locales. Son precisamente dos los puestos que están casi todo el año y únicamente recogen en los peores días el invierno. El Emporio Latonero de Mcon con muchos productos de latón a muy buen precio ideales para viajeros y La Sastrería Remendona, donde el matrimonio Antilles, se dedica a arreglar la ropa de los viajeros así como a confeccionar ropa por encarga, que se encarga a la ida del viaje, dejando una señal, y se recoge a la vuelta.
Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!