¿Cómo comenzaste con los juegos de rol?
Sergio Antón:
Mi primera partida a juegos de rol fue una que jugamos en un recreo de instituto al Señor de los Anillos (edición de Joc Internacional) en el invierno de 1.993. Pero mi primera partida "de verdad" fue en primavera de ese mismo año a Traveller.
Era el primer curso de instituto y mientras la mayoría de compañeros del colegio eligieron la misma opción (Religión) para que nos mantuvieran unidos, unos pocos insurrectos elegimos Ética. Pues parece que cogieron a todos los insurrectos de todos los colegios del pueblo y formaron un curso mestizo con toda la variedad. Allí hice nuevos amigos y algunos de ellos leían unos libros en inglés y jugaban a un juego de figuritas de futbol americano muy bestia. Nos picó la curiosidad a algunos de nosotros, y como a la mayoría nos gustaba el Señor de los Anillos trajeron un día el juego de El Señor de los Anillos para verlo. Ese mismo día hicimos fichas en el recreo, aunque no teníamos ni idea de lo que estábamos haciendo, y flipamos al ver los dados ¡que no eran de 6 caras!
Al día siguiente en el recreo nos preparó una partida que se ciñó a un encuentro con un grupo de orcos y un combate a muerte. Las tiradas de dados, los críticos, todo era nuevo y emocionante. Por supuesto, en 25 minutos no se pudo terminar el combate, pero a todos nos marcó mucho. Saludos desde aquí a Agoney, Paco, Pepe, Juan Carlos y Juan Antonio.
Después de varios ensayos más con Paranoia, y al Blood Bowl segunda edición (aunque no sea un juego de rol), dimos el salto a jugar una aventura completa de una sesión.
Un día de primavera quedamos unos pocos para probarlo y Paco nos preparó una aventura a Traveller para nuestro grupo: Agoney, Pepe (y su soldado Estuche, en serio el soldado se llamaba Estuche), Juan Carlos, Juan Antonio y yo. En la aventura interpretamos a un grupo militar en una misión para investigar una nave abandonada en un sector del espacio. Entramos en la nave y fuimos investigando para descubrir que no tenía ningún pasajero vivo, y que había algunas zonas destrozadas por combates en el interior. Descubrimos que había criaturas alienígenas dentro que nos atacaron fieramente para finalmente llevarnos el gato agua, vencimos a las criaturas y conseguimos un montón de bonitas cicatrices. Recuerdo la emoción, el misterio y la intensidad de la partida.
A partir de ahí fuimos probando más cosas como el D&D de la caja roja, Stormbringer y finalmente saltamos a nuestro amado AD&D (2ª edición) con el que estuvimos jugando muchos años y aún sigo recuperando de vez en cuando. Y poco tiempo después la mayoría de nosotros nos apuntamos al Club de Rol "El Dragón de Ham".
Gwydion:
Gwydion:
Por pura casualidad cuando un amigo de un amigo vino un día con unas fotocopias de la mítica caja roja de D&D un septiembre de hace ya 24 años.
Habíamos quedado para jugar al ordenador cuando Iván, el anfitrión, nos presentó a un chaval cuyo nombre no recuerdo (curioso debido a que soy rolero gracias a él) que nos dijo que traía una cosa superchula. Tras explicar un poco lo que era acabamos jugando todos en el suelo de la habitación con un sólo juego de dados para todos. El grupo llevaba un personaje de cada (según el master no se podían repetir personajes en la partida) acabamos haciendo un grupo de personajes varios y nos lanzamos a explorar una mazmorra.
La experiencia nos gustó tanto que quedamos al día siguiente y al siguiente. Cuando empezó el instituto ya no le volvimos a ver pero seguimos jugando.
Aún recuerdo que la características se colocaban en el orden que salían, que no se podía repetir clase de Pj y que además en cada partida teníamos que hacernos un personaje nuevo. De ahí salían cosas rarísimas como magos con Inteligencia 9 y Constitución 18 y ladrones que se comportaban como guerreros, etc.
Habíamos quedado para jugar al ordenador cuando Iván, el anfitrión, nos presentó a un chaval cuyo nombre no recuerdo (curioso debido a que soy rolero gracias a él) que nos dijo que traía una cosa superchula. Tras explicar un poco lo que era acabamos jugando todos en el suelo de la habitación con un sólo juego de dados para todos. El grupo llevaba un personaje de cada (según el master no se podían repetir personajes en la partida) acabamos haciendo un grupo de personajes varios y nos lanzamos a explorar una mazmorra.
La experiencia nos gustó tanto que quedamos al día siguiente y al siguiente. Cuando empezó el instituto ya no le volvimos a ver pero seguimos jugando.
Aún recuerdo que la características se colocaban en el orden que salían, que no se podía repetir clase de Pj y que además en cada partida teníamos que hacernos un personaje nuevo. De ahí salían cosas rarísimas como magos con Inteligencia 9 y Constitución 18 y ladrones que se comportaban como guerreros, etc.
Nos vemos en la próxima entrada, ¡y jugad mucho hasta entonces!
No hay comentarios:
Publicar un comentario